La gran mayoría de nuestros padres crecieron en una época cuando tener una línea telefónica en casa era una gran proeza. Poder tener una conversación con cualquier humano del mundo se sentía como vivir en el futuro.

A la red telefónica le tomó cerca de 75 años poder conectar 50 millones de usuarios. El radio lo hizo en 38 años. A la televisión le bastó 13 años hasta que 50 millones de personas pudieron sentarse en casa y consumir contenido a través de su infraestructura. Al internet le tomó 4 años, Facebook superó esa meta en la mitad del tiempo y el iPhone llegó a 50 millones de suscriptores en sólo 3 meses.

La curva de adopción de Internet, y consecuentemente los productos de consumo basados en él, tienen la habilidad de tener un costo marginal cercano al cero.

Dicho de otra manera, cuando compras una camiseta en el súper, adquieres un producto que pasó por diversos proceso de transformación, y para cada camiseta que compres, hay un costo final asociado a ese proceso.

Por otro lado, cuando desarrollas software y te insertas en la economía digital al vender tus bienes y servicios virtuales (música, películas o videojuegos por ejemplo), poder crear una copia del mismo producto para otro cliente tiene un costo cero. Los nerds son los reyes de la economía digital, porque durante los últimos 50 años han evitado reinventar la rueda, al construir herramientas de código abierto, y aprendimos a colaborar como una sola entidad.

Las herramientas para construir productos globales también han mejorado. En el año 2000, el costo de uso de servidores para lanzar una aplicación web simple era aproximadamente de $150,000.- dólares al mes. El costo actual de correr una aplicación con las mismas características en Amazon, es de $150.- dólares al mes. El resultado final de este cambio en el mercado, es una economía global que por primera vez en la historia de la humanidad será completamente conectada y digital.

Además de convertirse en una nueva fuente de generación de valor, la economía digital trae consigo retos para las organizaciones, especialmente aquellas más tradicionales y que tienen modelos de negocio altamente ligados a su proceso productivo. Piensa en estas organizaciones como Coca Cola, Nike, Hilton y prácticamente todas las empresas Fortune500 que no tienen diferenciadores tecnológicos en la entrega de bienes y servicios.

Por ejemplo, en escala global, existe una deficiencia de especialistas en habilidades digitales (diseño de interfaces gráficas, programación, marketing digital e inteligencia artificial), derivado del mismo fenómeno expresado anteriormente: la curva de adopción de nuevas tecnologías post-internet ha creado un nuevo mercado de 5000 millones de consumidores en su mayoría jóvenes, con smartphone y un espacio de atención no mayor a los 10 segundos.

Más importante aún, existen pocas instituciones educativas con el conocimiento y la experiencia del desarrollo de productos digitales, para la transmisión de estas habilidades. El salón de clases convencional se diseñó en en 1800, cuando conocíamos pocas cosas de la masa encefálica, y cuando supra-valoramos el trabajo en equipo y habilidades interpersonales de comunicación . La industrialización de la educación otorga los mejores grados a la especialización, los ejercicios repetitivos, la memorización y cumplir órdenes de un superior.

Sin embargo, en vez de ser algo negativo, resulta muy conveniente para personas de mente curiosa y con deseos de construir una carrera en tecnología, pues la barrera de entrada se reduce a tener acceso a internet y una computadora, un deseo de superación personal y paciencia. Para algunos, resulta muy reconfortante tener un empleo en el que te paguen decenas de miles de dólares al año por seguir aprendiendo cosas nuevas.

En los años 90’s se descubrieron células madre en algunas partes del cerebro adulto, desde entonces la neurogénesis adulta es aceptada como un proceso cotidiano que ocurre en un cerebro saludable, y en contra de la creencia de que el sistema nervioso central(incluyendo el cerebro), era incapaz de la creación de nuevas neuronas y completo incapaz de regenerarse.

Este mismo argumento destruye la creencia de que sólo un genio es capaz de programar una computadora. La realidad es que todos los que podemos conectar diversas ideas o concepciones mentales a través de un sistema de símbolos, como lo es el lenguaje para relatar algo existente o no, es capaz de constuir software, debido a que, en el sentido más esencial, escribir software es expresar a una computadora lo que quieres que realice por tí.

Puedes iniciar con herramientas como scratch, App Inventor o simplemente con un intérprete de comandos en línea, escribir una palabra que existe en el diccionario del lenguaje y tiene sentido, la magia ocurre.

Los seres humanos somos expertos en adaptarnos. Nos hemos adaptado tan radicalmente, que pasamos de matarnos con rocas afiladas por comida a través del lenguaje los últimos 50,000 años

Como en cualquier afición, mientras más tiempo dediques a programar, desarrollarás modelos de pensamiento diversos que incrementan tu capacidad de construir, directamente proporcional a las horas que inviertas a aprender.

Ray Kurzweil things here